Crónica del concierto de 50 Cent
Pues sÃ, ya pasó todo. Mucho revuelo y algo de duda sobrevolaba este concierto. Nadie sabÃa exáctamente si tendrÃa éxito o no, si serÃa una «americanada» más o no, o si acabarÃa siendo el concierto más grande de Hip-hop o sÃmplemente uno más. Curtis cumplió su parte, y sin duda el público respondió. Pero vayamos por partes…
Nada más llegar cerca del estadio, era evidente que la respuesta del público habÃa sido la esperada. Mucha gente esperando, aunque a veces parece la gente hace cola por gusto, pues con un poco de sentido común y un poquito de movimiento se podÃan ahorrar muchas esperas.
Una vez dentro, y después de un pequeño descoloque para buscar las localidades, la noche ya habÃa comenzado con la (para muchos inespereda) actuación de La Excepción. Algunos comentarios de «burros y pistolas» se dejaron oÃr en su momento en cuanto se supo que serÃa este grupo quien telonearÃa a 50 Cent. La Excepción cumplió su parte, ante un público que iba entrando con cuentagotas, pero sin desesperación. La noche iba para largo, y la actuación de la gente de Pan Bendito resultó parecer más corta de lo que realmente fue.
Un pequeño reajuste en el escenario para colocar un par de carteles más servÃan como preparación para AM2PM, los grandes desconocidos de la noche. Primero sorprendió la entrada de un guitarrista, de peculiar peinado, que poco a poco iba calentando el ambiente, a pesar de que (al menos desde arriba) se oÃa bastante poco. Eso me recuerda que aún no hemos hablado de la acústica del pabellón, y es que aunque tampoco fue desesparente, tuvo un papel algo desquiciante. Es inevitable los ecos en un espacio tan grande, y aunque ha mejorado después de la reforma, no es perfecto.
Volviendo a los hechos, AM2PM era un grupo diferente, con un guitarrista y un grupo de bailarines con coreografÃas bien estudiadas, el estilo cantado creo que no terminó de cuajar. Al menos no consiguieron el efecto contrario al esperado, y supieron por lo menos entretener y hacer bailar a alguno. Era un papelón difÃcil, pero supieron estar a la altura.
Acabó la actuación de los alemanes, y comenzaron los clásicos apretujones y búsquedas del mejor espacio para ver el concierto. En nuestro caso, y debido a un fallo en la organización, nos dijeron que no estábamos donde tenÃamos que estar. Después de reubicarnos todavÃa más arriba, motivo por el cual no hay fotos del concierto para ilustrar la crónica, todavÃa nos tocó esperar un buen rato. Generalmente no es problema, pero la espera fue sin ninguna música, y eso enfrió algo la noche y alargó la espera.
Por fin… juro que no me enrollo más… Entró 50 Cent con todo a oscuras, y aquello se ilumino de luces y más luces de las cámaras. SerÃa demasiado cursi decir que parecÃan estrellas, pero asà era. Todos querÃan inmortalizar el momento. Entró 50 cent acompañado de Lloyd Banks y Tony Yayo. Todos de rojo. Por supuesto, la locura invadió el excaso oxÃgeno que quedaba. Uno a uno iban cayendo los primeros temas de «Curtis«, casi a la misma velocidad a la que Fifty se desacÃa de su ropa para lanzarla al público. Visto desde según qué ángulo, las peloteras formadas cuando lanzaba algo eran casi casi de rugby.
La verdad es que se nota la profesionalidad y el producto tan compacto que ofrece alguien de la talla de Fifty. Una máquina perfectamente engrasada que poco lugar dejaba para la improvisación. No es malo, en absoluto, simplemente es diferente. Buenas luces, buena edición en las pantallas gigantes, buena compenetración entre los MCs, buena respuesta del público, buen sonido (depende)… Y sin ofrecer ningún espectáculo de play-back que algunos americanos dan cuando actúan por aquÃ. Bueno, eso hubiese sido asà toda la noche hasta que le tocó a Lloyd Banks hacerse un tema mientras Curtis renovaba vestuario (para volver a lanzarlo más adelante, claro), esa fue si acaso la única mancha del concierto. ¿Se perdona? SÃ, a posteriori sÃ, pero en el momento no es que sea la mejor idea.
Hubo un cambio radical en el momento en que sonó P.I.M.P. quizás el tema estrella del neoyorquino. En ese momento, todo el mundo se vino arriba y tocó ponerse de pie. Lo cierto es que es un temazo, 50 lo sabe y por eso lo adornó con un sombrero blanco. Por supuesto, acabó lanzándolo.
A partir de ese momento, la actuación se calentó mucho más. Temas «clásicos» con temas recientes, quizás de los más aclamados fueron los temas con Justin Timberlake y Akon, aunque seguramente me falle la memoria y se pueda discutir. Hubo de todos y para todos, asà que tranquilidad…
Un momento a destacar fue una parte donde pusieron «Is this love» de Bob Marley, el más loco y surrealista, pero muy muy animado. Tony Yayo hizo su parte muy bien, y también hubo lugar a la actuación de una chica de la que no recuerdo su nombre. No fue lo mejor de la noche tampoco, asà que dejémos que se desvanezca.
Hemos dicho que Fiddy lanzó toda su ropa al público. Éste no le respondÃa de mejor manera que lanzando la suya. Dos o tres sujetadores volaron hacia el escenario, y alguien incluso lanzó sus gafas de sol. Estos gestos lo agradeció al final del concierto, donde lanzó toda su ropa, incluÃda sus zapatillas, y a punto estuvo de lanzar sus pantalones…
En definitiva, un concierto muy completo, cumpliendo todas las buenas expectativas, con un sonido aceptable (teniendo en cuenta las dificultades del recinto), una entrada muy destacable (en torno a un 70% a ojo) y una sensación que reafirma por fin que el Hip-hop en España está maduro y es capaz de recibir a una super estrella en plena gira de presentación de su último trabajo. Sólo queda esperar al siguiente, porque seguro que 50 Cent es el primero… ¿Algún dÃa será un español el que llene el Palacio de los Deportes? ¿Será un artista de Madrid?
Sentimos la calidad de las fotos. No pudimos llevar a ninguno de nuestros fotógrafos habituales.
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