«Pido por mi gente» de Lión Sitté

La gente de Kinky Music sabe muy bien dónde apostar para dar en el clavo. Basta con mirar de puertas para dentro, de confiar en la gente cercana y centrar en ellos todos los esfuerzos y Lion Sitté es el nuevo ejemplo de esta gestión. Este «Pido por mi gente» es un canto de recapacitación y reflexión, alentando desde el «Despiértame» que abre el disco la humildad, el esfuerzo y el empeño. La voz de Sitté sorprende en los primeros compases por su dulzura, que compagina con una letra donde reparte amor en «Pido por mi gente«, que da título al disco. Más peleón y reencoroso se muestra en «No cuidaste de mí«, una temática muy espinosa, los abusos de un padre, en una historia que nadie desea que sea cierta y que pone los pelos de punta.

Volviendo la vista a las raíces surge el tema «Ãfrica free«, canto reinvindicativo y de denuncia sobre la extorsión, el hambre y los problemas en este continente. En «No es justo» vuelve a la temática familiar, donde se reflexiona sobre la importancia de la educación. Sólo llevamos cinco temas y ya véis la cantidad y profundidad de temas tratados. En el sexto tema se muestra la cara más cruda del cantante, haciendo valer la ley de la calle y el arreglar los problemas por uno mismo, «Buscaré» es el nombre.

Lion Sitté - Pido por mi gente

En «Maníatico» el disco se rompe, y empieza el primer tema de sonido dancehall, la voz se rasga y se acelera, dejando los coros y las entonaciones para presentarnos un tema loco tratando la obsesión de Iván por la música reggae y dando alguna pincelada de competición. De la pincelada recibimos de golpe un cubo de pintura en toda la cada y nos adentramos de golpe en la competición en «Que van de malos» con críticas hacia las falsas poses y las actitudes irreales. «Baby gal» es el primer canto dedicado a las mujeres del trabajo; sexo y dancehall mezclados en un tema pensado para las pistas.

Vuelve la competitividad y Sitté enseña de nuevo los dientes en «Testigo«, si tienes tralla… En el undécimo tema, compuesto por Mario «La cobra», se regresa a un ritmo calmado con un fondo en el que se recapacita para acabar rogando perdón. Continúa el viaje por el interior de este cantante con «Distinto«, un canto a la amistad y el cambio que se sufre en ella al entrar en juego la cocaina. Volviendo a poner en aviso a la gente que habla sin saber discurre el siguiente tema «Hablar por hablar«. Para el penúltimo tema del disco se ha rescatado el tema del one riddim album «Beware of the dog«, una mezcla de recordatorio para los que se hicieron con ese álbum y bonus track para aquellos que no lo hicieron. Llegamos al final con «Dancehall is real» donde Iván explica su visión personal de este ritmo reggae y se defiende ante aquellos que dudaban de su capacidad.

En definitiva, es un disco muy personal, algo que es poco común en nuestros días de poses y posturas. Sin ser un disco que intente educar. Los ritmos están todos compuestos por Chulito Camacho (excepto el track 11), lo que le da una sensación compacta y afianzada. Muy recomendable su adquisición tanto para los amantes del reggae como para los que busquen un cambio.

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